Lecturas de mayo: asesinos, santos y elfos

«Sam era el único que aún no había cruzado el río. Miraba las aguas lentas y gorgoteantes y tuvo una curiosa impresión: su vida anterior quedaba atrás entre las nieblas; delante lo esperaban oscuras aventuras».

La comunidad del anillo, J. R. R. Tolkien

La lectura de La comunidad del anillo me absorbió tiempo y casi hasta el alma, así que prácticamente dediqué el mes a avanzar (casi arrastrándome) hasta terminarlo. Antes había leído El buen padre, que bah, y, por suerte, Todos mis santos, que lo compensa todo.

  • El buen padre, de Santiago Díaz
  • Todos mis santos, de Manu Ortiz
  • La comunidad del anillo, de J. R. R. Tolkien

El buen padre, de Santiago Díaz

Puntuación: 2 de 5.

Una vez más me pregunto: ¿he leído yo otro libro? No entiendo el boom que está teniendo, la verdad. ¡Me gustó muchííísimo más la premisa que su desarrollo! Las dos estrellas son porque, más o menos, me entretuvo (por la curiosidad por saber qué había pasado, y confirmar lo que imaginaba). Pero la trama y los personajes femeninos son un despropósito (los capítulos de Noelia, sobre todo).

Pasan cosas y más cosas y más cosas, así porque sí, por rellenar, y aparecen decenas de personajes y, al final, se descubre lo ocurrido de la manera más absurda posible.

Portadas de El buen padre, Todos mis santos y La comunidad del anillo

Todos mis santos, de Manu Ortiz

Puntuación: 5 de 5.

No voy a enredarme con este libro porque ya escribí una reseña sobre él y entrevisté al autor (¡¡gracias, Manu!!) y no quiero parecer pesada, pero es que VAYA MARAVILLA de historia y de personajes y de escritura.

«Hace cinco meses acabé una canción por primera vez y me di cuenta de que era lo que quería hacer el resto de mi vida. También me anunciaron que el resto de mi vida estaba anotado en un calendario divino».

Leedlo, leches.

La comunidad del anillo, de J. R. R. Tolkien

Puntuación: 3 de 5.

Quería que me gustara. De verdad, de verdad, de verdad, quería que me gustara, y lo empecé con mucha ilusión. Al principio disfrutaba de la narración de Tolkien, de sus descripciones larguísimas, de tantísima naturaleza. Pero, después, empezó a aburrirme, a costarme a avanzar, y fueron desapareciendo las ganas de leer. Vamos, que se me hizo eterno.

¡Pero no le quito mérito al escritor!: es una pasada la construcción del mundo, de los paisajes, de los seres que lo pueblan, de una manera tan orgánica y natural que parece que todo lo que cuenta es real, que lo tiene delante y simplemente te lo está describiendo tal cual lo ve. También me gustó la «humanidad» de Frodo: su cobardía y su miedo, que no sea el típico «héroe» que siempre parecer nacer preparado para luchar contra el mal. Y, sobre todo, la relación con Sam (son novios, de este burro no me bajo), Pippin y Merry, esa profunda amistad y lealtad.

¿Mi parte favorita? Sin duda, los primeros capítulos en la Comarca: transmiten un buen rollo y una sensación de hogar impresionante, de leer con una sonrisa. La pena es que dura poco.

Publicado por Cintia Fernández

Leo, escribo, corrijo. Y vuelta a empezar.

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