Reseña «Conversaciones contigo», de Claire Daverley

«Existen juntos y ninguno le pide nada más al otro».

Título: Conversaciones contigo
Título original: Talking at night
Autora: Claire Daverley
Idioma original: inglés
Traductora: María José Díez
Año de publicación original: 2023
Editorial: Catedral
Género: novela realista
Tags: muerte, duelo, salud mental
Número de páginas: 464
Precio: 21.90 €

Inicio del libro:

«Sus vidas se separan un martes por la noche».

¿De qué trata?:

Will y Rosie se conocen con 17 años y parece que van a tener una gran historia de amor, pero ambos comparten una tragedia que en ese momento los separa y, con los años, los vuelve a unir una y otra vez. Así, desde esa adolescencia tardía hasta entrados ya en la treintena, somos testigos de su relación, a veces de amistad, a veces inexistente, a veces de anhelo.

Vale, ¿y qué me ha parecido?:

Conversaciones contigo es belleza y melancolía. Belleza por la manera tan bonita que tiene la autora de narrar incluso los detalles más mundanos («la mañana se derrama por debajo de las cortinas»), y melancolía porque la historia está empapada de ella desde la primera frase hasta el punto final.

Si la novela me ha gustado tanto es, en un ochenta por ciento, por cómo está escrito. Sobre todo, las descripciones, las metáforas y símiles que utiliza (libros «marcados como viejos mapas» o «estrellas desperdigadas como sal en el cielo»). La manera, a veces poética, delicada, otras cruda, de narrar. Creo que hacía mucho tiempo que no ponía tantos pósits en un libro.

«Entonces ella se ríe, y es como la estela que dejan los fuegos artificiales; resplandece y se apaga, el silencio que sigue chisporrotea».

Y aunque la forma de escribir de la autora me ha gustado muchísimo, la de puntuar no tanto. A veces me ha confundido. Los diálogos no están marcados con rayas ni con nada, así que a veces resulta confuso. Estás leyendo algo que, deduces, ha dicho tal personaje, y la acotación a eso que ha dicho viene seguida, sin la raya, y es un poco lío. En ocasiones tenía que releer para entender dónde acababa el diálogo en sí y dónde comenzaba la acotación. Pero, más o menos, acabas acostumbrándote.

Pero volvamos a esa melancolía que mencionaba al principio y que tiñe todo el libro, enterito. La historia lo pide, claro; lo que va ocurriendo, los personajes en sí, su forma de ser, lo reclaman a gritos. Incluso en escenas en las que pasan cosas agradables se palpa esa melancolía, ese «A ver por dónde llega el guantazo de realidad». Y llega, claro que llega. A dos manos. Y vuelve a llegar. Daverley tampoco te engaña.

Diferentes ediciones de Conversaciones contigo, de Claire Daverley

La historia está contada en tercera persona, algunas escenas desde el punto de vista de Will y otras desde el de Rosie, a lo largo de dos décadas. Desde ese amor incipiente, con 17 años, hasta ya pasada la treintena. Rosie es un poquito cuadriculada y tiene, más o menos, planeado su futuro; Will, en cambio, vive al día y no le gusta demasiado pensar en lo que ocurrirá mañana, solo sabe que quiere salir de su pequeña ciudad y viajar («Mete todo lo que gana, a excepción de un poco que le da a su abuela, en el banco para sacar un billete de avión. Porque ese verano se irá. Ya se ha ido en parte»).

Y, aun así, aun pareciendo tan diferentes, se encuentran y conectan, y su unión, esa conexión, perdura, aunque durante muchos años estén separados. Esa relación-no relación a lo largo de varias décadas es otro de los muchos detalles que me han gustado de Conversaciones contigo.

Otro más: Will. No, espera: Will 💘, corazón incluido. Si la manera de narrar de Daverley era mi cosa favorita, él es la segunda. Will, Will, Will. Se ha ido derechito a la lista de mis personajes preferidos de la vida. Es un poco huraño, distante e introvertido y le cuesta hablar de sus sentimientos, pero también se preocupa por las personas que quiere, es perseverante y luchador, y el amor que siente por su abuela (además de por Rosie, claro) me ha tocado mucho la patata.

«Will está allí, con su cazadora de cuero, con sus pómulos duros, su cabello color bronce y sus ojos encendidos, insondables».

A Rosie me ha costado más entenderla y conectar con ella, por las decisiones que toma y que tanto difieren de lo que en realidad dice que quiere. Pero quizá por esas contradicciones es sencillo sentirse identificado con ella en ciertos momentos, le hacen ser un buen personaje, una persona. Me ha alegrado mogollón ser testigo de lo que, poquito a poco, va logrando, de todo lo que se desprende, de que consiga hacer lo que de verdad quería: «Es consciente de que no es un trabajo con el que cambiará el mundo, pero siente que a ella le está cambiando la vida». Cómo me alegro, tía, de verte ahí.

👉 Conversaciones contigo es una novela melancólica, una historia de amor agridulce, una amistad que dura décadas, de las que se te meten dentro, contada a través de dos personajes muy reales, de los que dejan de ser personajes y se convierten en personas, a los que quieres zarandear para que espabilen y, a la vez, achuchar y consolar.

Publicado por Cintia Fernández

Leo, escribo, corrijo. Y vuelta a empezar.

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