Reseña «Deja de decir mentiras», de Philippe Besson

«Tengo diecisiete años. No sé que nunca volveré a tener diecisiete años, no sé que la juventud vuela, que apenas dura un instante, que desaparece enseguida y cuando te das cuenta ya es demasiado tarde, ya se ha terminado, se ha volatilizado, la has perdido; a mi alrededor algunos lo presienten y lo dicen, los adultos lo repiten, pero yo no los escucho, sus palabras me resbalan».

Título: Deja de decir mentiras
Título original: Arrête avec tes mensonges
Autor: Philippe Besson
Idioma original: francés
Traductora: Palmira Feixas
Año de publicación original: 2017
Editorial: La Caja Books
Género: novela realista
Tags: primer amor, LGBT+, represión
Número de páginas: 180
Precio: 16.90 €

Inicio del libro:

«Un día, puedo decir exactamente cuándo, sé la fecha, con precisión, un día me encuentro en el vestíbulo de un hotel, en una ciudad de provincias, un vestíbulo que hace la veces de bar, estoy sentado en una butaca, conversando con una periodista…».

¿De qué trata?:

En 1984, Philippe Besson, un buen estudiante de diecisiete años, comienza una relación a escondidas con Thomas Andrieu, un chaval popular pero misterioso. Su historia es intensa y fugaz, y pronto sus caminos se separan. Dos décadas después, Besson se encuentra con un chico que se parece muchísimo a Thomas, de quien no volvió a saber nada.

Vale, ¿y qué me ha parecido?:

¿El grupo de apoyo para recuperarse de este libro dónde es?

Me ha pasado un poco como con Tan poca vida, de Hanya Yanagihara: que bastantes días después de acabarlo sigo pensando en la novela en sí, pero sobre todo en uno de los personajes. Porque aunque el protagonista de la historia es Philippe, quien la cuenta, para mí el verdadero personaje principal es Thomas. Thomas, que no solo es literalmente real, sino que, por las pinceladas que te cuenta de él el narrador, por lo (poco) que lo vemos, se adueña de la historia.

Y te rompe el corazón.

(La llorera que me he pillado ha sido tremenda).

«Añado: fue entonces cuando nos perdimos de vista. Articulo las últimas palabras sin hacer ningún énfasis, como si la vida fuera eso, simplemente, frecuentarse y perderse de vista y continuar viviendo, como si no hubiera desgarros, separaciones que te dejan exangüe, rupturas de las que te cuesta horrores recuperarte, añoranzas que te persiguen durante mucho tiempo».

El autor narra su propia historia, su relación con Thomas Andrieu, al que dedica la novela. Fotos: sinhintercalada

Lo que más me duele, entre otras cosas, es que sea una historia real. Y que el chaval de la portada sea probablemente Thomas Andrieu, a quien el autor dedica la novela. Porque el propio Philippe Besson nos habla de su vida: de cuando era un estudiante brillante que se había fijado en Thomas, uno de los populares del instituto, y un día, de la nada, Thomas le citó en un bar a las afueras del pueblo, y empezó así una relación de descubrimiento, intensa, corta, de esas que te marcan de por vida.

«Sonríe para que me lleve su sonrisa».

Es una buena descripción de Deja de decir mentiras: intensa, corta, de esas que te marcan de por vida. Porque solo tiene ciento ochenta páginas, pero el autor es capaz de transmitirte la pasión de ese primer enamoramiento, de esas primeras experiencias sexuales, el miedo de Thomas y su falta de aceptación, el dolor y la tristeza, la amargura de Besson veinte años después, la melancolía y el recuerdo de aquella historia.

En un momento dado, Thomas le dice a Philippe una frase que para él será inolvidable, algo así como que Philippe se marchará del pueblo (puesto que es un excelente estudiante y parece tener un gran futuro esperándolo) y él se quedará allí, en la granja de su familia. «Porque tú te marcharás y nosotros nos quedaremos», le dice. Y, efectivamente, es fácil quedarse atrapado con él entre las páginas de esta novelita memorable.

Publicado por Cintia Fernández

Leo, escribo, corrijo. Y vuelta a empezar.

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