Reseña «Esa chica me vuelve loca», de Kelly Quindlen

«El amor consiste en eso, Scottie: en dejar que la gente sea como es».

Título: Esa chica me vuelve loca
Título original: She drives me crazy
Autora: Kelly Quindlen
Idioma original: inglés
Traductora: María Gay Moreno 
Año de publicación: 2021
Editorial: Kakao Books
Género: comedia romántica
Tags: enemies to lovers, deporte, fake dating
Número de páginas: 304
Precio: 18.90 €

Inicio del libro:

Llevo tres años jugando al baloncesto a nivel competitivo, así que se supone que sé encestar. Pero no.

¿De qué trata?:

Scottie juega en el equipo de baloncesto de su instituto y acaba de perder contra el equipo de su exnovia. En el aparcamiento, se choca contra el coche de Irene, capitana de las animadoras y archienemiga, y como solución las madres de ambas deciden que Scottie lleve a Irene todos los días al instituto. A ninguna de las dos le gusta la idea, hasta que la exnovia de Scottie parece celosa por la nueva «relación», y ambas se dan cuenta de que pueden salir beneficiadas de fingir ser pareja.

Vale, ¿y qué me ha parecido?:

Esa chica me vuelve loca es muy comedia romántica de los noventa, el mejor piropo que le podría dedicar a nada.

Me ha encantado ese rollito tan de peli estadounidense, con el equipo de baloncesto y las animadoras, la chica popular y la que pasa desapercibida, los bailes de instituto, las conversaciones frente a las taquillas, eso de ir con 16 años a clase conduciendo tu propio coche… Pero sobre todo me encanta que la pareja protagonista esté formada por dos chicas; ojalá haber tenido este tipo de historias en mi adolescencia (y cuantísimo me alegro de que existan ahora).

Scottie, la «Ginny Weasley bollera» (como la llaman en el libro), me ha gustado un montón. A veces es un desastre, tiene muchos defectos y mete la pata, pero por eso es fácil empatizar con ella, sentirte identificado, porque es humana. Y luego está Irene, su rival, mi personaje favorito. Y mira que todos son bastante guais, ¿eh? Danielle, Kevin, Gunther, Daphne, Honey-Belle, las familias de ambas, todos y cada uno de sus amigos… Pero es que Irene pasa del estereotipo de mean girl animadora, abeja reina del instituto, y descubres que los estereotipos la mayoría de las veces no son la realidad. Y ni siquiera es porque ella lo esconda, sino porque Scottie no la conocía apenas.

Esa chica me vuelve loca es muy comedia romántica de los noventa, el mejor piropo que le podría dedicar a nada. Fotos: Cintia Fernández

La relación entre ambas crece en torno a varios clichés: enemies to lovers, fake dating, deportista/animadora, chica popular/chica no popular; y es muy interesante ver su desarrollo, de ese caerse fatal al «Jijiji, ¿qué nos está pasando?». También está muy bien llevado el proceso de Scottie de recuperarse a sí misma y volver a ganar confianza, tras una relación tóxica en la que se ha perdido un poco; la autora le da el tiempo que necesita y no utiliza al personaje de Irene como una tirita que le haga sanar milagrosamente.

«La gente nos rompe el corazón, pero también deja más espacio en él; y ese espacio nuevo nos permite ser más nosotras mismas».

Como pega, me hubiese gustado que la parte en la que Scottie e Irene ya se gustan hubiese sido más larga, en contraposición con esa primera etapa en la que se caen fatal y que se lleva bastantes páginas del libro. (Pero entiendo que quería dejar bien patente esa animosidad antes de que la relación empezase a evolucionar).

Esa chica me vuelve loca no se queda en la superficie de una relación adolescente, sino que rasca un poco y va más allá: habla de los prejuicios, de perdernos a nosotros mismos, de las relaciones tóxicas, de los estereotipos, de la homofobia, de ser auténticos, del racismo, del amor, de la amistad, de la familia. La historia fluye muy muy bien, es divertida con sus puntitos emocionales, tiene buenos diálogos y clichés y a veces es cursi (en el mejor de los sentidos). Para leer en dos sentadas y quedarnos con un regustito nostálgico por ese romance en un instituto estadounidense que no hemos tenido y una sonrisa en los labios.

Si tienes curiosidad, puedes leer las primeras páginas en este enlace.

Publicado por Cintia Fernández

Leo, escribo, corrijo. Y vuelta a empezar.

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