Reseña «Tú y yo contra el mundo», de David Pallás Gozalo

«Siento que mi pecho se llena con una sensación a hogar al verla preocupada por mí».

Título: Tú y yo contra el mundo
Autor: David Pallás Gozalo
Idioma original: español
Año de publicación: 2024
Editorial: Siete Islas
Género: juvenil
Tags: bullying, gordofobia, autodescubrimiento
Número de páginas: 426

Inicio del libro:

«Miro al frente y siento un fuerte dolor en el estómago que hace que mi cuerpo se doble por la mitad. Me rodeo la tripa con fuerza con los dos brazos. Llevo días con pesadillas, adelantándome a este momento».

¿De qué trata?:

Sia sufre bullying, en clase, desde hace años. Día a día, tiene que aguantar burlas, insultos y golpes que la dejan sin fuerza para continuar. La llegada de Tania, una nueva compañera, pondrá su mundo del revés y hará que luche para que sus sueños empiecen a materializarse.

Vale, ¿y qué me ha parecido?:

Creía saber lo que me iba a encontrar después de leer la primera novela del autor, El Plumas, una historia tierna y mona donde, aunque se habla de temas serios, no se profundiza demasiado en ellos. En esta sí, en esta la realidad del bullying te da un guantazo en la cara y la vida de Sía te hace temblar.

Tú y yo contra el mundo es muy dura y amarga, de tan realista, también necesaria. Vemos la crueldad de los compañeros de clase, quienes le hacen la vida imposible a Sía por ser gorda, y que es la crueldad de nuestra sociedad, encargada de juzgar y machacar a los demás por ser quienes son (cuerpo, color de piel, procedencia, orientación sexual, identidad). Que todavía sigan ocurriendo estas burradas es terrorífico.

«¿Qué pasaría si un día nos levantásemos todas la personas que hemos sufrido y que sufrimos bullying de golpe y a la vez? ¿Qué pasaría si montásemos un ejército para vengarnos de todos los que nos han hecho daño? ¿Qué pensaría el mundo entonces de nosotros? ¿Te lo digo? Nos convertiríamos en las villanas».

Por suerte, también somos testigos del apoyo que recibe Sía y que todos necesitamos. Sus padres y la seguridad de su casa son fundamentales, además de, por supuesto, Tania y Eder y el resto de amigos:

«Siempre tendré un refugio en mi casa si todo lo demás arde. Sienta bien saber dónde poder resguardarse, pase lo que pase».

Tú y yo contra el mundo habla del bullying, el autodescubrimiento, el quererse a uno mismo, el vencer miedos… Fotos: Cintia Fernández

Tú y yo contra el mundo es, sin duda, un libro para repartir en colegios e institutos, pero no solo por el tratamiento del bullying, sino también por su temática LGBT. Y es que gran parte de la trama está dedicada a ese autodescubrimiento de Sía hasta darse cuenta de que es bisexual y lo que ocurre después. En este sentido, también me ha parecido muy realista su miedo a que los compañeros de clase se enteren de que le gustan las chicas y tengan una cosa más con la que atacarla. ¿Gorda y además bollera? ¡Lo que faltaba!

El autor nos muestra su vida más allá del acoso que recibe, porque aunque en un principio su día a día está determinado por ese bullying, poco a poco va abriéndose a otras personas, venciendo miedos y, así, nosotros también vamos conociendo otros detalles sobre ella: que le gusta la música, tocar la guitarra y cantar; que le da pavor a actuar en público; que lee mucho y disfruta perdiéndose en librerías, que ve un montón de series…

La parte amable viene de la mano de Eder, Tania y sus amigos (con cameo especial de Quique, de El Plumas, del que me encantó saber cómo estaba), de ver a Sía ser una adolescente más y, oh, sí, del salseo: la chica, en su bisexual awakening, se ve envuelta en un tremendo triángulo amoroso del que ni ella ni yo sabíamos cómo salir: el autor escribe con tanto sentimiento que te metes de lleno en ese triángulo y quieres que, de alguna manera, se quede con los dos (mira, es que ojalá).

La novela, además, está escrita de una forma muy natural, con un lenguaje acorde a la edad de los personajes (16-17 años), algo que me gustó mucho ya en El Plumas y que continúa aquí. La propia Sía te cuenta su desgarradora historia, y te hace llorar y enfadarte con el mundo, pero también reírte y emocionarte con ella.

Así, la alternancia entre los momentos durísimos por el acoso en el instituto y el rechazo a sí misma, y los momentos más tiernos, de jijis y jajás con las personas que le gustan, equilibran una historia de por sí muy amarga y absolutamente necesaria.

Publicado por Cintia Fernández

Leo, escribo, corrijo. Y vuelta a empezar.

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