Es un libro más oscuro de lo que parece: el prota tiene ansiedad, depresión e ideas suicidas, y no te engaña, porque desde las primeras páginas te lo muestra sin dobleces. Harley ha dejado la universidad, mantiene una relación terrorífica con un hombre mayor («Siempre iba a sufrir las consecuencias por cometer el crimen de no querer sentirme solo») y su padre intenta «curarle» la homosexualidad rezando («La ansiedad, mi orientación sexual y mis fracasos solo servían para que, a ojos de él, fuera menos negro»). Ese es su estado cuando vuelve a su ciudad natal, punto de partida de la historia.
