Reseña «Amarilla», de Rebecca F. Kuang

«Amarilla» está centrada en el mundo literario, y es muy interesante verlo desde dentro: el proceso de escritura, las editoriales, las campañas de marketing e incluso las redes sociales. Qué vende y qué no, lo que hacen las propias editoriales precisamente para que un libro vaya derechito a los primeros puestos de las listas de los más vendidos. Eso sí, conocemos esa industria pero desde la perspectiva estadounidense, donde se juega a otro nivel y las cantidades de los adelantos que se dan a los escritores son de seis y siete cifras, y tú, como escritora en España, lo lees y solo te queda reírte.

5 autoras y 5 tropes o clichés

Desde hace unos años elijo mis lecturas de manera más consciente y trato de leer más libros escritos por autoras. Para dar visibilidad y reconocimiento a las obras de mujeres, se puso en marcha la iniciativa #LeoAutorasOct, con la que, durante el mes de octubre, leemos libros escritos solo por ellas. La Biblioteca Nacional deSigue leyendo «5 autoras y 5 tropes o clichés»

Lecturas de abril: misterio, desesperanza y amor

Hacía bastante tiempo que no leía tanto en un mes, y ni siquiera me había dado cuenta hasta que me he sentado a escribir este post. Lo bueno de leer seis libros variaditos es que también los valoraciones lo son.

Así, en abril he leído dos «thrillers», un libro de fantasía, dos historias de amor y un «coming of age» bastante desesperanzador.

Lecturas de febrero: las primeras cinco estrellas

Lo de encontrar ya a principios de febrero uno de los libros que sabes que serán de los mejores del año es como cuando sale el gordo de la lotería de Navidad en la primera media hora de la mañana. Algo inesperado y mágico y emocionante.

Eso me ha pasado con Nadar en la oscuridad, de Tomasz Jedrowski, pero además he leído otros tres libros entretenidos y muy diferentes entre sí que han conformado un mes lector bastante satisfactorio.

Lecturas de mayo: asesinos, santos y elfos

La lectura de La comunidad del anillo me absorbió tiempo y casi hasta el alma, así que prácticamente dediqué el mes a avanzar (casi arrastrándome) hasta terminarlo. Antes había leído El buen padre, que bah, y, por suerte, Todos mis santos, que lo compensa todo.