Una de las cosas más guais que me ha pasado este año ha sido descubrir los libros de Fátima Embark (Gran Canaria, 1985) y, sobre todo, conocerla a ella. Con catorce novelas a sus espaldas (tres en solitario, cinco con Virginia Cavanillas y seis como Wendy Davies), acaba de publicar Aunque me vaya, la primera parte de una bilogía de segundas oportunidades, personajes rotos, adicciones y dos historias de amor en Irlanda.
Ponte cómodo y coge una bebida fresquita: a continuación puedes leer la charla que mantuve con ella sobre las conexiones en sus novelas, las ventajas y desventajas de autopublicar y si prefiere escribir sola o a cuatro manos, entre otras muchas cosas.
1. Tienes más de una docena de novelas publicadas, más de la mitad en el último año, ¿de dónde surgen las ideas?, ¿en qué te inspiras?
La lectura es mi mayor fuente de inspiración. Sentarme unas horas a leer (libros o cómics) puede lograr que se me ocurra un capítulo de la historia que estoy escribiendo o incluso que emerja la semilla para una futura obra.
Caminar con música es otra de las cosas que más me inspiran. El cine, artículos, random o el simple hecho de estar manteniendo una conversación sobre un tema concreto… Al final, creo que todo lo que me rodea puede ser una fuente de inspiración.
2. ¿Qué podemos encontrar en Aunque me vaya, tu novela recién sacada del horno? ¿Y cuál es su relación con Antes de que te quiera y Todo lo que no sabes de mí, de las serie Barnard?
Antes que nada, quiero aclarar que me gustan las conexiones. Mis personajes existen,
viven en un mismo universo y todas las historias se desarrollan en un espacio donde
ellos pueden conocerse o relacionarse de formas distintas. En la vida real, odio los
puzles. En la ficción, mis personajes son esos puzles y yo me encargo de darles un
tablero a su medida.
Escribí la bilogía Aunque me vaya nada más terminar Todo lo que no sabes de mí,
porque necesitaba darle voz a Lara, cuyo final en aquella novela no me parecía justo.
Ella se merecía brillar, tener su propia historia, ser feliz. Sobre todo, dejar de ser una
secundaria en la vida de los demás. Así que la saqué de Barnard (mi otro universo) y
me la llevé a Irlanda, lejos de los personajes con quienes tenía relación, lejos de Jude. Y
sí, Jude es la conexión entre mis libros anteriores y esta bilogía.
Aunque me vaya es una historia de dos hermanos que huyen de sus vidas a fin de encontrarse. Lara para olvidar a un viejo amor, Adam para intentar llenar ese vacío que siempre ha tenido dentro de él. Es la historia de dos hermanos que conocen a otros dos hermanos y se enamoran, personas perdidas que se encuentran en otras personas aún más perdidas.
Dos historias de amor que no pueden ser más distintas: la de Lara y Kalevi es muy bonita y se cuece a fuego lento a base de muchos silencios (Kalevi no habla). La de Adam y Kivi es… intensa y dolorosa. Kivi es el villano del cuento y no solo el lector tiene que dejar de verlo así, sino que él mismo tiene que dejar de hacerlo. La historia de estos dos chicos se come a la de sus hermanos porque ambos están perdidos de formas distintas. Adam en sí mismo, Kivi en el dolor; en el suyo propio, pero, sobre todo, el que le ha causado a la gente a la que más quiere. Creo que una historia compensa a la otra. La de Lara y Kal es luz y sosiego, la otra es fuego y caos.

3. ¿Cómo surgió la idea de la serie Barnard? ¿Tenías claro desde el principio que sería más de un libro?
No tenía nada claro. De hecho, llevaba cinco años sin escribir una sola línea y ya había perdido la esperanza de volver a dar vida a unos personajes. Tampoco es que yo creyese demasiado en mí misma, así que se me metió en la cabeza que no tenía nada que contar que otros ya no hicieran mucho mejor.
Y entonces un día me dio por volver a leer romántica adulta (género que había dejado junto a la escritura), y con cada libro que leía me frustraba. ¿Por qué nos mola tanto que el tipo sea el dominante? ¿Por qué nos gustan tanto los chicos malotes o las chicas que se avergüenzan de explorar su sexualidad? ¿Qué pasa con los tímidos, dulces e inseguros? En la vida real existen.
Así nacieron Viola y Henry, pero lo cierto es que fue Jude quien se me presentó primero. Él tenía que unir los caminos de ambos. Pero, claro, ¿qué pasa con el personaje que está encerrado?
Después de la frase reveladora «Me llamo Jude Baker y algún día me casaré con tu hermano», todo se me vino abajo. O arriba, supongo que es cuestión de perspectiva. Porque la historia creció, adquirió una nueva dimensión, y tuve que hacer muchos cambios y mejoras para que la pareja secundaria no se comiera a la principal.
La voz de Henry ni estaba al principio, y sin ella se me quedaba todo como un puzle a medio hacer con una imagen que no llegaba a ser bonita porque le faltaban piezas.
Terminar Antes de que te quiera sin saltarme a la otra historia cuando Jude y Seb no dejaban de gritarme que les hiciera caso fue una odisea, te lo aseguro.
4. Para mí, el protagonista indiscutible es Jude, aunque la primera novela, Antes de que te quiera, esté centrada en Violet y Henry (¡a los que también quiero mucho!). ¿Esperabas que Jude se «apoderase» de la serie?
No lo esperaba, no, pero no pude (ni quise) hacer nada. Me consuela que la historia de Viola y Henry haya tenido la suficiente fuerza hasta el final. A día de hoy, después de muchos «sí, pero no» y descartar unas 30 000 palabras, creo que no le quitaría nada.
5. Además de la forma tan preciosa que tienes de narrar, tus personajes son, bajo mi punto de vista, tu punto fuerte. Son especiales, reales, memorables, de esos que no pasan desapercibidos y que te roban el corazón: el propio Jude, Dani (de Todo lo que soy contigo), Ryder (de Donde tú estés)… ¿Cuál es tu secreto para conseguir unos personajes tan potentes?
Justo esos tres que has nombrado son muuuy fáciles de crear, en especial los dos primeros. Y es que, a ver, Jude y Dani están hechos para que los quieras. No hay trampa. Es como si llevaran un cartelito con luces de neón que te avisa de que están ahí para que los quieras. Y lo haces porque brillan. Ojo, no digo que me lo haya currado poco, solo que es fácil hacer personajes con los que empatices a ese nivel (o en mi cabeza, al menos, lo es). Es más complejo darle vida a un tipo que ha cometido errores que podrían considerarse «imperdonables» y lograr que con el paso de los capítulos no solo te reconcilies con él, sino que al final lo quieras. Si te lees la biología, te acordarás de esto.
Además, los personajes atípicos, que se salen un poco de la norma, me encantan. Quizá porque yo misma soy un poco atípica y me identifico con sus personalidades. Me resulta muuuy fácil meterme en sus cabecitas y darles voz.

6. ¿Qué elementos y temas te gusta tratar en tus libros? ¿Tienes alguno que sea imprescindible?
Las relaciones entre hermanos son mi debilidad. Quizá porque estoy lejos de la mía y la echo de menos tooodo el tiempo. Familias rotas; hermanos que se quieren y lo demuestran día a día o que, de tanto quererse, a veces cometen los peores errores o no saben cómo demostrarlo; la búsqueda del perdón; el volver a encontrarse en uno mismo y en los demás. Todo eso. Es que me encanta.
También me gusta hacer romances a fuego lento. Como lectora lo que busco siempre en una historia romántica es que el amor se sienta y no que me lo digan, porque si no pierdo el interés. Y como escribo para leer y soy muy crítica conmigo misma, necesito que el amor se sienta y que haya algo más que una historia romántica, que los personajes tengan dimensión.
7. ¿Planificas o te dejas llevar?
Soy brújula. Por no planificar ni siquiera hago fichas de personajes. Quizá le dedico unas líneas con pequeñas descripciones, pero, para que te hagas una idea, en la ficha de uno de los personajes del último libro que terminé ponía algo así como «Tiene los ojos del color del caramelo derretido y se le da fenomenal doblar ropa». Y listo. Mejor no preguntes.
Necesito una idea, personajes, un inicio, un conflicto y un final. Lo demás… dejo que fluya. Los secundarios van apareciendo, se me presentan como se te presentan a ti cuando empiezas a leer un libro. Soy un caos, sí, pero me gusta mi caos porque ir en desorden y escribir el capítulo que me dé la gana sin seguir una guía que mata mi libertad consigue que no me bloquee demasiado.
8. ¿Cuál es tu proceso de organización y escritura a la hora de empezar una nueva novela? ¿Reescribes mucho o dejas bastante pulido el primer borrador?
Teniendo en cuenta que soy puuuro caos… el borrador es lo que escribo muy rápido y, partir de ahí, empiezo a trabajar una novela de verdad. Puedo estar con él unas semanas, dedicándome al 100 %, antes de quedarme contenta para darlo a leer y pedir opinión.
9. ¿Tienes una rutina de escritura?
Escribo por las mañanas con el móvil, de camino al trabajo, comiendo palmeras (de manera literal, que aquí en Canarias tenemos muchas). En la hora y poco que dura el paseo puedo hacer unas 1500 palabras, que luego tengo que pulir y terminar cuando estoy en casa. Los días en los que no trabajo sí que le puedo dedicar muchas horas y es cuando más disfruto; en mi ordenador de mesa y siempre con música que no sea española (entender la letra me desconcentra).
10. Escribes sola y con otras autoras, ¿dónde te encuentras más cómoda? ¿Qué ventajas y desventajas le encuentras a ambas formas?
Lo bueno de escribir acompañada es que no existen bloqueos casi nunca. Si una se atasca, está la otra. También vas mucho más rápido si hay buena comunicación y ambas partes quieren lo mismo. Lo malo es cuando tienes poco en común con la persona con la que escribes o tus motivaciones son distintas y necesitas… algo más.

11. Siempre me ha parecido difícil escribir a cuatro manos, pero en tus libros con Virginia Cavanillas, vuestro nivel de compenetración es tal que la narración fluye como si fueseis una. ¿Cómo os organizáis y lográis esa sincronía?
Vir es la organizada, la que necesita cuadrarlo todo y la que va corriendo con la lengua fuera detrás de mí, ordenando mi caos (es maravillosa, y tiene muchísima paciencia). Casi siempre empiezo novela y ella me sigue. Es la única persona capaz de ordenar mi caos y ajustarse a él. Y se nos da de maravilla porque somos, literalmente, almas gemelas. A veces incluso nos cuesta identificar quién ha escrito qué. Es mágico conectar a ese nivel.
Creo que las dos hemos aprendido de la otra. Ella a darse cuenta de que en el caos a veces consigues encontrar caminos inesperados, y yo a meterme en la cabeza que «cada frase debe importar», que «menos siempre es más», y que «sí, a veces un poco de orden no viene mal. Lo justito».
12. ¿Qué consejos darías a alguien que quiere escribir su primera novela?
Que escriba sin miedo. Hacer algún curso siempre ayuda, pero escribir a lo loco también. Es lo que hice yo. Esto puede dar lugar a que años después te avergüences de tu primera novela, como me pasa a mí. Pero, en fin, equivocarse siempre es bien si sabes reconocer los errores y aprender de ellos.
No obstante, he de decir que escribir a lo loco tiene una grandísima desventaja (además de renegar de tu primera novela X años después, sí). Recién nacido, tu bebé es precioso; es tuyo, lo has parido y sufrido, y no toleras que nadie lo mire mal. Spoiler: los bebés cuando nacen son feos, es así, y nadie me va a convencer de lo contrario. Cuando escribes necesitas a alguien que te lea, que opine, y no vale con tu madre o tu mejor amigo. No. Necesitas a alguien de confianza que te sacuda y de quien puedas sacar algo (mucho) positivo. Y si duele, pues se afronta el golpe. Créeme, es peor sacar tu criatura al mundo para que se lo coman los lobos cuando aún ni tiene fuerzas para ponerse en pie y echarse a correr. Solo así, quizá, te marques un Cintia Fernández y escribas un Si fuese más valiente como primera novela (se tenía que decir).
13. Tienes varios libros autopublicados y otros con editorial. ¿Qué ventajas (y desventajas) encuentras en ambos métodos de publicación?
Ahora mismo el mercado editorial está muuuy saturado. Tienen a sus autores tops, pero, fuera de ahí, apenas se molestan en dar visibilidad a las novelas que publican. Y se publican muchísimas al mes; tantas que la permanencia en la mesa de novedades de una librería es de apenas unas semanas (si es que tu libro tuvo la suerte de llegar a mesa). Luego pasa a ser un lomo de tantos, eso si el librero lo considera digno y no se va a la caja de devoluciones. Y hablo como librera con experiencia. Hay secciones de libros que tengo siempre en stock, a la vista, solo porque me gustan o creo que encajan con mis clientes. Pero… mi librería es pequeña, muy familiar, y tengo la suerte de que me dan libertad para hacer lo que quiera. Esto no ocurre en todas las librerías y mucho menos en grandes superficies.
En un año, las editoriales grandes te envían una notificación para decirte que van a destruir X cantidad de tus libros si no han vendido lo que ellos esperaban. Si tienes mala suerte, incluso pueden llegar a descatalogarlo (me pasó), pero tus derechos se los quedan durante siete años. Siete años en los que el libro deja de ser tuyo.
Entiendo que hace ilusión publicar con editorial (lo he vivido) y ser híbrido es lo ideal, pero no eres mejor escritor por hacerlo. La libertad que me da publicar en Amazon, poder decidir cada aspecto de mi libro…, no tiene precio.

14. Al escribir, los personajes se llevan un poquito del autor. ¿Con cuál de los que has creado te identificas más? ¿A quién le tienes especial cariño?
Identificarme identificarme… pues creo que con todos y a la vez con ninguno. Quiero decir, creo que es inevitable que cada personaje tenga algo mío, pero siempre intento que no se parezcan a mí. Aguantarme a mí misma ya es un rollo, necesito que ellos se alejen de lo que soy todo el tiempo. Pero sí que tengo que poder empatizar con ellos, sentir como ellos, vivir como ellos, ser ellos; aunque no lo sea en absoluto. ¿Me explico? Porque creo que ni yo me entiendo.
En cuanto a rasgos personales, sí que te puedo mencionar algunos. Tengo algo de Viola (odio las mentiras), de Jude (almaceno información tonta que no le interesa a nadie), de Sebastian (soy controladora y friolera), Dani (hubo un tiempo en el que también me costaba verme), etc.
Y sobre a quién le tengo más cariño… Me siento mala madre, pero mi niño bonito es Jude. No me escondo. Te diré que tuve que cortar capítulos suyos en la biología Irlanda, porque me emociono cada vez que aparece y se me van los dedos.
15. Y si pudieras tener una conversación con alguno de ellos, ¿a quién elegirías y cuál sería la primera pregunta que le harías?
A Jude (¡sorpresa!). Le diría: «Del uno al diez, ¿cómo de feliz eres?».
16. ¿Podrías resumir Todo lo que no sabes de mí, Donde tú estés y Todo lo que soy contigo (¿se nota mucho que estos tres son mis favoritos?) en una frase para cada uno?
Todo lo que no sabes de mí: «Somos más que un corazón herido», es una frase que dice Jude en la biología Irlanda y que creo resume la historia de Jude y Seb.
Donde tú estés: Una llave que da acceso a una puerta que te haga sentirte en casa.
Todo lo que soy contigo: El amor no trata de intentar gustar a otros, sino de verte a ti mismo para verte bien en los demás.
17. De todos tus libros, ¿tienes alguno preferido?
Preferido: Todo lo que no sabes de mí. Por Jude, claro. Porque él me sacó del bloqueo, porque es especial a un nivel más personal y porque, tras años publicando bajo pseudónimo y deseando escribir una novela chico chico, por fin pude dar vida al friends to lovers que siempre quise leer. Pero también creo que no es mi mejor obra.
18. ¿Qué libro ya publicado te hubiese gustado escribir?
Aquí me podría poner intensa y añadir cualquiera de Ursula K. Le Guin, autora que me fascina, pero vamos a ser realistas. Yo nunca podré escribir como ella, ni por estilo ni por nada. Es que ni en mi imaginación, y te prometo que es muy rica ella.
Así que me decanto por Te daría el mundo. Si te fijas, tiene todo lo que me gusta en una novela: hermanos, una familia rota, dos historias de amor, representación LGTB. Es perfecta y uno de esos libros que jamás olvidas.
19. ¿Qué proyectos literarios tienes en marcha?
Acabo de terminar el borrador de una novela y me he puesto de cabeza con Winter Falls #3 con Vir.
Cuando acabe seguiré sola unos meses hasta que Vir termine su Hotel Noir. Tengo cuatro frentes abiertos, y supongo que tiraré por el más complejo de los cuatro. Hay ganas. Después de todo eso, volveremos a Soul Finder.
20. Para terminar, porfa, recomiéndame:
Un libro: Una mirada a Alice B. Sheldon.
Una serie: Dash & Lily.
Una película: Un invierno en la playa.
Una canción: Somewhere Only We Know (porque la estoy escuchando ahora).
Un lugar: Cualquiera al que me lleve un buen libro.
Puedes encontrar a Fátima Embark en Instagram y en su newsletter.

Gracias por esta maravilla de entrevista. La he leído con una sonrisa enorme. Un día la repetimos en persona, y seré yo quien te pregunte (porfa porfa) 🫂🫂.
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Gracias a ti por querer participar, explicarte tan bien y contarlo todo con tanta naturalidad y cercanía, de verdad. Me ha encantado :____) Y SÍ, POR FAVOR, queda pendientísimo charlar en persona. 🥹❤️🫂
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