Reseña «Donde tú estés», de Fátima Embark y Virginia Cavanillas

«Algún día aparecerá alguien por quien sientas algo tan grande que te hará sentir pequeño. Sentirás tanto que la idea de perderlo te hará sentir diminuto. Y lo único que podrás hacer será rezarles a los dioses en los que no crees para que no te rompa el corazón».

Leer a Fátima Embark y Virginia Cavanillas es apuesta ganadora; ya lo tengo clarísimo. La serie Soul Finder, a la que pertenece este libro, además, es zona segura, lectura confort, casa. Y el primero (Solo hasta Navidad) y el tercero (Seis gatos, dos perros y tú) me gustaron, sí, pero este es mi favorito, sin duda por el personaje de Ryder y la dinámica con James.

Y es que Ryder es un caradura que parece que pasa de todo menos de sí mismo, y su situación familiar te ayuda a entenderlo mejor y quererlo aún más. Ese contraste entre su sinvergonzonería y los problemas que tiene lo ha convertido en uno de mis personajes más queridos de las autoras. 

—¿Desde cuándo tienes miedo de decir lo que piensas?
«Desde que tengo algo que perder», pienso, pero no se lo digo.

A James lo conocimos muy por encima en el primer libro de la serie como el mejor amigo de uno de los protas, y aquí, por supuesto, lo conocemos mejor. Es un borde y mete un corte tras a otro a Ryder, pero precisamente el tira y afloja entre ellos es lo que más me ha gustado de Donde tú estés; ese toma y daca, su historia, su dinámica, ese no querer enamorarse y caer irremediablemente… Empiezan a enrollarse un poco por pura atracción, se caen mal, comienzan a pasar más tiempo juntos, se hacen amigos y, al final…, se enamoran, claro, que para eso hemos venido.

En ese acercamiento, en el proceso de pasar más tiempo juntos y conocerse, me ha encantado que tengan conversaciones sobre cómics y pelis en la habitación de James, que vean juntos combates antiguos de boxeo, que preparen la cena con el padre de James, la familiaridad y cotidianidad… Los ✨detalles✨ en torno a su relación la hacen aún más bonita.

Pero no todo van a ser risas y sexo. Donde tú estés también tiene momentos de esos que te estrujan un poco el corazón, pero de ese drama que gusta, que da gustirrinín (o al menos a mí). Un poquito de sufrir antes del final feliz.

Tengo ganas de gritar, de llorar, de pelearme con los dos a puñetazo limpio. Por despertar esto en mí; y por obligarme a ponerlo a dormir después.

👉 Donde tú estés es una historia de almas gemelas, sí, pero también de relaciones familiares tóxicas, de padres que no te respetan, de esconderse bajo una fachada de todo me da igual; de dos tíos que se caen mal pero se atraen y cuando empiezan a conocerse, a dejarse ver, caen perdidamente enamorados. Y yo con ellos.