Cómo reproducir la risa en una novela o relato

Si has escrito un relato o una novela, seguramente en algún momento uno de tus personajes se ha reído. ¿Cómo lo has plasmado? Yo el otro día me encontré, en una novela que estaba corrigiendo, unos «jajaja» y «jeje» en el propio diálogo, y me llamó mucho la atención.

—Jajaja, menudo morro tienes —dijo con una sonrisa.

En realidad, no es un error en sí:

Tal y como indica la RAE, para representar la risa, se ha fijado en español el uso de la interjección ja, y se emplea generalmente repetida; para una risa normal, el número de repeticiones suele ser de al menos tres: «Ja, ja, ja, ja*, ¡es buenísimo». (También podemos emplear las formas je, ji, jo y ju, que pueden reflejar distintos matices de la risa —irónica, incrédula, malvada, sarcástica…—. Eso ya según lo que pida el personaje).

Es decir, que mal mal no está.

Otra cosa es que se suela utilizar en narrativa… o que quede bien.

Al final, una buena descripción de la risa puede ayudarnos a mostrar el tono de la escena, la personalidad del personaje e incluso el estilo de toda la historia.

Y es que la risa no es una mera onomatopeya, sino una experiencia que va más allá del plano sonoro. Mi consejo es olvidarnos del «Jajaja», a no ser que los personajes estén escribiéndose por mensaje, ya que empobrece la narración. Son mejores opciones las fórmulas que introducimos en las acotaciones de los diálogos, en la propia narración, como «Se rio», «dijo riéndose», «añadió con una risilla» o lo que más te apetezca.

La risa no es una mera onomatopeya, sino una experiencia que va más allá del plano sonoro. Foto de Andrea Piacquadio.
¿Qué podemos tener en cuenta a la hora de describir la risa?
  • El sonido que produce, cómo suena. Usar una metáfora puede ayudarnos a describirlo.
  • Su intensidad. Puede ser una carcajada fuerte, una risa tímida y leve, contenida, o un ataque incontrolable y escandaloso.
  • La duración, si es una risa corta o ese ataque incontrolable del que hablaba en el punto anterior y que parece no tener fin.
  • El tono: alegre, burlona, fingida, triste, nerviosa… Es uno de los aspectos más determinantes, porque influye en cómo el lector la percibe y, de ahí, cómo entienda la escena y su contexto.
  • La descripción física: además del sonido que hacemos al reír, por lo general acompañamos la risa de otros gestos, movimientos de la cara o el cuerpo, temblores, lágrimas…
  • El contexto, es decir, el detonante de la risa, qué es lo que la provoca. Puede ser el simple humor, al escuchar algo gracioso; también un momento de tensión o los nervios o el alivio…
  • El efecto en los demás, vamos, la reacción de los otros personajes a esa risa: se pueden contagiar o enfadar o incomodar…

📝 En el blog La muleta del escritor puedes encontrar decenas de palabras y expresiones para describirla.

Si todavía tienes dudas, busca tres o cuatro novelas y fíjate en cómo se ríen sus personajes; estoy segura de que lo hacen a través de las acotaciones, y no con jajás y mucho menos jejés (sí, el «Jeje» me marcó). Aprovecha todo lo que la descripción de la risa y sus efectos pueden ofrecerte para mejor la narración, tu historia y la experiencia del lector.


*Ojito 👉 Aunque en los mensajes escritos en redes sociales y WhatsApp es habitual reproducir la onomatopeya de la risa con la grafía simple jajaja, esta forma representaría la pronunciación [jajája], que no se corresponde con la reproducción de la risa, en la que todos los elementos son tónicos.

Publicado por Cintia Fernández

Leo, escribo, corrijo. Y vuelta a empezar.

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